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Cuando pensamos en la idea de hacer discípulos, vienen muchas respuestas a la interrogante del ¿Por qué hacemos discípulos? Miramos textos tras textos que nos llevan a diferentes puntos de vista. Y muchas veces, aún peor, no sabemos ni por qué hacemos discípulos. Lo tomamos como un programa más de nuestra iglesia, o simplemente no lo hacemos.

Esto es contrario a la visión y misión que Jesús nos dejo a cada uno de nosotros. En Mateo 24:14 vemos la urgencia de hacer discípulos, y aunque el mandato de hacer discípulos aparece en Mateo 28:19-20, la relación que tienen estos textos es la urgencia de predicar el evangelio para que, siendo testimonio a las naciones, sea consumado el reino de Cristo en esta tierra en Su segunda venida.

Para seguir avanzando en el mandato del Señor hacia nosotros, debemos responder tres preguntas. ¿Qué es un discípulo? ¿Cómo se hacen discípulos? ¿Qué tipos de discipulado hay? Es necesario que cada uno de nosotros tengamos claro que nadie de nosotros se escapa de tan honroso llamado de hacer discípulos, en otras palabras, si eres un creyente en Cristo Jesús, entonces eres un discípulo, por consiguiente, el mandato es para ti.

Pero, ¿Qué es un discípulo? La palabra griega que traducimos como discípulo significa aprendiz. Un discípulo es un aprendiz del Señor Jesús. Un aprendiz es un oyente y un practicante. La Gran Comisión es un mandato para llevar a las personas a Cristo de modo que escuchen, aprendan y practiquen. Un discípulo de Jesús se convierte en Su aprendiz para siempre.

Entre las cosas que debe estar constantemente un discípulo encontramos la siguiente lista:

  1. Negarse a sí mismo y seguir a Jesús con una lealtad no dividida (Lc. 9:23-2614:26).
  2. Odiar el pecado y amar la santidad.
  3. Servir y amar a la iglesia de Cristo a pesar de todas sus imperfecciones.
  4. Amar a los perdidos y a las naciones, y tener una pasión por el avance del evangelio.
  5. “Adornar” el evangelio de Cristo con buenas obras de amor, justicia y misericordia (Tit. 2:101214).
  6. Vivir por fe en Cristo y en el evangelio (Ro. 1:17).
  7. Regocijarse de que los requisitos humanamente inalcanzables de tener un registro limpio, un corazón nuevo y un nuevo poder para vivir una vida santa han sido comprados y provistos solo por Cristo, solo por gracia, y que son recibidos por medio de la fe sola. La regeneración, la justificación y la santificación son todos regalos gratuitos.
  8. Gloriarse solo en la cruz y el evangelio, y huir de todo orgullo y logro propio (Flp. 3:3-9).
  9. Colocar nuestra esperanza en Cristo para la gloria y gracia futuras, una esperanza que nos sostiene en las muchas aflicciones de esta breve estadía en el “valle de sombra de muerte”.

Ahora que entendemos que el hacer discípulos y el evangelio no van separados, todos nosotros como discípulos de Cristo vivimos el evangelio y porque nuestra vida esta escondida en Cristo (Col. 3:3) debemos mirar con atención, el ¿Cómo se hacen discípulos? Los discípulos se hacen a través del ministerio de la Palabra confiada a la iglesia, incluyendo predicación, enseñanza, evangelismo y consejería. La Palabra enseña, reprende, corrige e instruye en justicia (2 Tim. 3:16-17). La Palabra hace discípulos y Cristo hace discípulos a través de la Palabra. Él utiliza a Sus siervos para administrar Su Palabra formalmente en servicios de adoración, clases de capacitación, grupos de estudio bíblico, sesiones de consejería, clases de seminario y misiones evangelísticas, o para predicarla informalmente en conversaciones en cualquier entorno.

Hacer discípulos es, preeminentemente, responsabilidad de la iglesia. Hacer discípulos implica exhortar con la Palabra, llamando a las personas a convertirse en aquellos que aprenden de Cristo; enseñando a las personas lo que Cristo ha ordenado; enseñando a la gente a obedecer todo lo que Cristo ha ordenado; enseñándoles a obedecer en el contexto de la vida de la iglesia; y convocando a la iglesia para que ordene a todas las naciones a seguir a Jesús y a convertirse en Sus aprendices.

Al entender la misión de la iglesia, conjuntamente con cada uno de los miembros de esta, y al observar la autoridad que se le ha sido dada a la iglesia para administrar su palabra, solo nos queda por responder ¿Cuántos tipos de discipulado existen? Esta última pregunta nos guiara a cumplir el mandato del Señor de una forma mas precisa, y esto último es descubrir que no solo existe el discipulado tradicional, sino que puedes administrar la Palabra de Dios de diferente manera y estas son:

  1. El discipulado inicial es ganar discípulos a través de la evangelización, llevando a los pecadores a Cristo como aprendices a través del primer arrepentimiento, la fe y la sumisión a la gracia.
  2. El discipulado normal tiene lugar en la congregación. Es enseñar a los creyentes todo lo que Cristo ha ordenado sobre todos los aspectos de la vida. Creyentes hambrientos, educables y fieles serán aprendices continuos de Jesús mientras se sientan bajo la predicación y la enseñanza de la Palabra de Dios y se convierten en hacedores de ella (Stg. 1:22). Crecerán en la vida continua de la fe, el arrepentimiento, el ministerio y la misión. Serán equipados, comisionados y enviados para contribuir a la misión de Dios en este mundo, que consiste en hacer discípulos a quienes Cristo ha redimido de cada nación, edificando la iglesia de Cristo entre todos los pueblos y llamándolos a la plenitud del reino de Dios.
  3. El discipulado restaurador es aprender de Cristo a cómo lidiar con los problemas que surgen por causa del pecado remanente que mora en el creyente. El discipulado restaurador requiere enseñanza específica, reprensión, corrección y capacitación que aborden estos problemas específicos. Los objetivos del discipulado restaurador son similares a los objetivos de todo discipulado: restablecer al creyente a la utilidad y al aprendizaje humilde de Cristo para llegar a ser como Cristo en corazón, conducta y misión

Solo podemos concluir admirando la obra de Cristo que sigue llamando a pecadores indignos a Su luz admirable. Reconociendo que solo en Cristo se halla la plenitud para la vida y sabiendo que todo lo que yo pueda hacer si trae resultados, será para la Gloria de Dios. Así que recuerda:

  1. Llevar a las personas a Cristo para que se conviertan en aprendices es un gran llamado y privilegio.
  2. Los hacedores de discípulos son humanos e impotentes en sí mismos, sin embargo, son responsables ante Cristo y son activos en Él.
  3. Por lo tanto, avanza en obediencia fiel para predicar la Palabra.
  4. Es el Cristo exaltado, en última instancia, quien hace discípulos al causar que Su Palabra germine y crezca a través de nuestro trabajo.
  5. A través de ti, Cristo ganará, edificará, equipará, restaurará y enviará aprendices a cumplir Su misión en este mundo necesitado. [1]



[1] Este articulo y estudio fue adaptado del ensayo de Dave Eby, Haced Discípulos, Publicado por el Ministerio Ligonier. Este es el quinto capítulo en la serie “La Gran Comisión”, publicada por la Tabletalk Magazine. 16 de septiembre 2018

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