IBPY

Compromiso de los Miembros

Membresía Eclesiástica

Es la comunión de creyentes que han sido salvados por gracia, compuesta por miembros comprometidos y llamados a: la santidad, amor, buenas obras, enseñar, discipular, sustentar a la obra, enviar misioneros y evangelizar. 

Liderazgo de la Iglesia Local

Su liderazgo está compuesto por ancianos, diáconos que guían a la grey de Dios a seguir sus mandamientos, y como señal que pertenecemos a su pueblo practicamos las ordenanzas del bautismo y la cena del Señor. (Ef 2:1-10; He 20:28; He 2:42; 1 Pe 2:22; Mt 3:6; 1 Co 11:27; 1Tim 3:1-2; Tito 1:7; Heb 13:17; 1 Pe 1:15-16).

El Bautismo

Creemos que el bautismo es la señal del Nuevo Pacto que vino a reconciliar Cristo, entre Dios con su pueblo, que es por inmersión, solo los que han nacido de nuevo, y tienen una compresión bíblica del evangelio, pueden ser partícipes del bautismo como señal de obediencia y testimonio público de su conversión ante Dios, la Iglesia y el mundo. (Mt 3:6; Lc 3:21; He 2:29-30; Lv 12:3; Mt 28:18-20)

Cena del Señor

Creemos que la Cena del Señor es un recordatorio que simboliza el sacrificio de redención de Cristo Jesús en la cruz, que por medio del pan recordamos su dolorosa muerte. El vino representa la sangre, percibida como dulce, pero para Cristo fue amargo, por lo tanto, solamente los creyentes, los que han entendido el evangelio, viven en obediencia y en perfecta comunión unos a otros pueden ser partícipes de la Cena del Señor hasta que el regrese. (1 Co 11:27; Marcos 14:22; Lc 22:19; 1 Co 11:24; Jn 6:53; Mt 26:27-28; Mr 14:23-24; Lc 22:20; 1 Co 11:25).

Disciplina en la Membresía

Creemos que Dios es, un Ser tres veces Santo, por lo tanto, no va a permitir que su pueblo ande en pecado, y goce de la comunión de las tinieblas, es un Dios celoso por los suyos que solo busca la adoración suprema, de quienes son sus hijos, y si ve algún acto pecaminoso (inmoralidad, pendenciero, mal testimonio o una actitud rebelde y no digna de un hijo de Dios) lo va a disciplinar, porque eso hace un buen Padre cuando su hijo se equivoca, para restaurar la comunión con Dios. 

El pastor junto con los ancianos tendrán un proceso de restauración con el hermano para que tenga la victoria en Cristo sobre el pecado y, si el hermano no comprende dicha disciplina por el bien del cuerpo de Cristo, la membresía y el testimonio público para los de afuera, es mejor darlo por gentil, expulsándole de la membresía. (Is 6:3; 1 Pe 1:16; Col 3:5; Ro 6:15; Sal 51:1-2; Éx 20:5; 2 Co 11:2; Heb 12:6-7; Pr 3:12; 2 Co 2:6-8; Ga 6:1; 1 Tes 3:14; Mt 18:15-17).