Identidad Teológica

✅ Iglesia Confesional

Sostenemos la Confesión Bautista de Fe de Londres de 1689 (CBFL) como una expresión fiel y sistemática de las doctrinas fundamentales de la fe cristiana. Esta confesión no reemplaza las Escrituras, pero las resume cuidadosamente.

“Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 1:13).

Valoramos profundamente la confesionalidad porque creemos que la sana doctrina protege la vida y la misión de la Iglesia (1 Timoteo 4:16).

✅ Iglesia Congregacional

Creemos en la autonomía de cada iglesia local bajo el señorío de Cristo, con la participación activa y responsable de sus miembros en decisiones clave.

“Y les pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia…” (Hechos 15:22).

Creemos en la autonomía de cada iglesia local bajo el señorío de Cristo, con la participación activa y responsable de sus miembros en decisiones clave.

✅ Iglesia Calvinista

Afirmamos las doctrinas de la gracia y la soberanía de Dios en la salvación, conocidas como los Cinco Puntos del Calvinismo (TULIP).

“Porque a los que antes conoció, también los predestinó… y a los que predestinó, a éstos también llamó…” (Romanos 8:29-30).

Nuestra confianza descansa en que la salvación es del Señor (Jonás 2:9), y que Él llama eficazmente a sus escogidos por su Espíritu y Palabra.

✅ Iglesia Reformada

Nos identificamos con los distintivos reformados, como la centralidad de la Escritura (Sola Scriptura), la justificación solo por la fe (Sola Fide) y la gloria de Dios como fin supremo (Soli Deo Gloria).

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar…” (2 Timoteo 3:16).

Rechazamos innovaciones doctrinales y buscamos mantenernos fieles a la Reforma protestante, promoviendo una fe robusta y bíblica.

✅ Iglesia de Fe Histórica

Nos situamos dentro de la corriente de la fe cristiana histórica, afirmando los credos ecuménicos como el Credo de los Apóstoles y el de Nicea, como expresiones tempranas de la fe trinitaria y cristológica.

“Contended ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3).

Creemos que la historia de la Iglesia es un testimonio del cuidado de Dios por su pueblo a lo largo de los siglos.

✅ Iglesia Pactual

Creemos que Dios se ha relacionado con la humanidad a través de pactos, culminando en el Nuevo Pacto en Cristo. Esta perspectiva pactual guía nuestra comprensión de la redención, la ley y la Iglesia.

“Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor…” (Hebreos 10:16).

Cristo es el mediador del nuevo pacto (Hebreos 8:6), y el pueblo de Dios es llamado a vivir en obediencia por la gracia de dicho pacto.

✅ Iglesia Misional

Somos llamados a participar activamente en la misión de Dios: hacer discípulos de todas las naciones, anunciando el evangelio con fidelidad y compasión.

“Id, y haced discípulos a todas las naciones…” (Mateo 28:19).

La misión no es un programa, sino el latido de una iglesia que vive para la gloria de Dios y la expansión de su Reino.

✅ Iglesia Puritana

Nos inspiramos en la espiritualidad puritana, que une doctrina sólida con vida santa. Buscamos una fe práctica, profunda, centrada en Cristo y saturada de Escritura.

“Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16)

El ejemplo de los puritanos nos anima a cultivar una vida de oración, devoción familiar, arrepentimiento constante y gozo en el Señor.

✅ Orden Regulador de la Adoración

Creemos que en el culto público a Dios solo debe incluirse lo que Él mismo ha ordenado en Su Palabra. Este principio, conocido como el Orden Regulador de la Adoración, protege la pureza del culto y la centralidad de Cristo.

“Todo lo que yo os mando, eso cuidaréis de hacer; no añadirás a ello, ni de ello quitarás” (Deuteronomio 12:32).

“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:24). Nuestra adoración es sencilla, reverente y centrada en los medios ordinarios de gracia: la predicación fiel de la Palabra, la oración congregacional, el canto congregacional con salmos e himnos bíblicos, la lectura pública de las Escrituras, y la administración del Bautismo y la Cena del Señor, conforme al mandato de Cristo (Hechos 2:42).